Desde el Origen la vida clama el llanto
y rompe su placenta hacia la luz incierta
donde la savia busca el descarnado canto
como carne de otoño sobre la llaga abierta;
el viento encierra en su latente geometría
la edad arrinconada que desnuda se estremece
y no importa si espiga o rosa en fragante melodía
si en materia final la muerte se enardece.
No existe la edad para el amor o ser amado
al infinito animal que en el espacio inerte
en turbadora orilla de Caronte enajenado;
un instante es condena en rostro del espejo
que la sombra que pasa espera misma suerte
como el lujo arrogante pasión de su reflejo.
Porque somos al surco semilla de ventura,
la mano que resurge de un niño envejecido
desde la ciega sed donde habita el ansia oscura.
Mis pequeños poemas para pequeñas personas: Jennifer Custodio
Me sorprende, encanta y fascina este pequeño rincón que acabo de descubrir.
ResponderEliminarTodos mis ánimos para seguir con él, quiero sorprenderme con tu pequeña cabecita.
Un beso enorme, Jens. :)