sábado, 27 de octubre de 2012

Lubitel y naturaleza.

Pues aquí sigo experimentando con mi pequeña Lubitel deteniendo todo lo que mi ojo ve en estos formatos cuadrados de 120 mm. En esta ocasión, muestro en estas fotografías lugares de mis hogares más cercanos en dónde deambulo continuamente.

Captando lo más frágil y bello de los parajes naturales en borrosas, bucólicas y dulces imágenes. Por tanto, aquí os dejo mis pequeñas fotografías para pequeñas personas...














jueves, 18 de octubre de 2012

Lubitel y Silvia.

Bueno, aquí os dejo otra tanda de fotografías que hice a mi musa, Silvia Ampuero; ella siempre está presente en mis pequeños proyectos. Es perfecta, ¡sólo tenéis que verla!

Mientras disfrutáis, yo os dejo que tengo que seguir capturando momentos... ¡Qué se me esfuman!













martes, 16 de octubre de 2012

Lubitel y Maider.

Hace mucho que no pasaba por aquí, pero tengo nuevas cosas que mostraros! Tengo una nueva cámara en mi colección, la Lubitel, con la que estoy emocionadísima. Por lo que me muero de ganas de enseñar las primeras fotografías de mi primer carrete. Pronto tendré nuevas ya que estoy a la espera de que me lleguen nuevos negativos revelados.

Mientras tanto, espero que disfrutéis como yo lo hago capturando momentos únicos y especiales. Aquí os dejo lo que mi ojo ve.












Con Maider Jiménez como modelo, gracias por ser tan increíble.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Fotos con mi Diana F+

Me parece imprescindible probar y experimentar no sólo con la fotografía digital, para poder comprender e indagar profundamente en este mundo visionario. Por lo que, este verano me he dedicado a pasear mi Diana F+ (mi cámara lomográfica) y capturar en mis carretes paisajes que se nos escapan de las manos y encerrarlos en eternos negativos.
Son mis primeras pruebas y estoy deseando que las siguientes sean mejores y prometedoras, ya que tengo varios proyectos en mente con la nueva cámara que tengo en la familia.
Espero que vuestros ojos disfruten de estas imágenes que os deleitarán con la magia efímera de las maravillosas playas de la costa francesa y de pequeños resquicios de mis compañías más cercanas.















martes, 14 de agosto de 2012

"Bombyx mori"



"Bombyx mori"


Es mi primer video de arte experimental, cuyo título corresponde al nombre científico de la crisálida. 
Estas imágenes cuentan de una manera dramática los sentimientos de opresión que sufrimos durante nuestra existencia; relacionándolos metafóricamente con el proceso que sufre la crisálida durante su liberación a este nuevo mundo, nuestro mundo.


Muchas gracias a Silvia Ampuero López- Sepúlveda por estar siempre presente en mis pequeños proyectos!

lunes, 13 de agosto de 2012

Summer.






Esas anaranjadas tardes de verano que te dejan regusto de felicidad y olor a sol en la piel.

lunes, 26 de marzo de 2012

"Los cuerpos de la nada"


La imagen como sufrimiento de la vida, frente a la ciencia y la debilidad ante la muerte. Imágenes que pretenden anular a la Palabra, con los ojos cerrados tratando de ignorar el drama de la vida.
La putrefacción de la materia circundando a la materia, y la sangre inyectada para el cuerpo, velado por los inertes corazones. El colchón como aposento acomodado a la esperanza ya imposible, la desnudez del cuerpo sobre el légamo y la hojarasca, ante la existencia del tiempo y lo que somos.
Aquí los brazos desmayados, ausentes de plegarias, la materia revestida por la soledad y el alma liberada.
Vemos los blancos ropajes de la purificación rodeados de corazones arrancados, sin remedio para un cuerpo abandonado a la otra vida. He aquí los entregados corazones de otras vidas, aunque la pregunta hacia la muerte no tiene respuesta.
Como testigo en soledad, está la Naturaleza, como testigo de la eterna Libertad; aquí el dolor es tenaz y aliado con la muerte. La soledad de la sangre coagulada en las venas sin curso, río seco para el barro y los gusanos, herencia al fin de lo que somos.
La imagen sobre la orilla desnucada, sobre el Centro del Todo abandonada, para saber que la propiedad no nos pertenece, que no debemos ser dolor en el placer ajeno.
¡Tanta juventud que lo dio tanto! Ahora soplo, silencio, quizás misericordia, piedad que no castigo, liberación de espíritu o justicia de un dios necesitado de toda pena confortada.
He aquí la Naturaleza en sus aspectos, el alma universal ante la última realidad imperturbable, los corazones como crisoles de sol ante el blanco inmaculado, he aquí, el trono horizontal del hombre; todo lo entregado: sangre, brazos, voz y alma; la miseria del lujo revestido, los andrajos soportados de la tierra.
Estas imágenes podrían ser las mías, las vuestras..., pero son las imágenes del mundo, somos la pútrida reserva de Satán para las entrañas de la sociedad, los corazones purulentos ante el espanto y el terror de vuestros ojos.
No quiero ser portadora de víctimas creadas, de lo horrible o de lo absurdo; esto es el espectáculo cotidiano de la vida; es decir el fracaso de la Redención.
Sé que es pudiera ser demasiado fácil exponer tanto tributo, pero la herencia de la carne y de la sangre me llevó a hacer lo que parece injusto a la justica divina; y todo ello para preguntarme sobre la substancia originaria en la materia; aunque mi elección es libre, los estímulos vencen los sentidos, los impulsos a las pasiones y los caprichos a la fantasía.
En contra de todo ello, no encontré más quela razón impresa en las imágenes. Como el Coro de los Derrotados, cada una de vosotras, habrá tenido un sueño con la visión de la victoria ,pero cada uno-a de vosotros se despertó del sueño, quizás humillado por la derrota; pero serán más infelices, aquellos que de improviso cayeron desde el alto sueño del arco de la fortuna; por eso este trabajo, por más que sabido, no deseo que se le ponga un negro velo, sino recordar que toda victoria fue alucinación, todo triunfo una máscara, toda apoteosis no ha sido más que un ritual de los espectros, porque el camino de los hombres fue el principio del abismo.
Por ello no pido ningún resarcimiento, ninguna indemnización, ninguna propina de compensación; os pido que victoriosos o vencidos, me podéis negar vuestra sonrisa paternal y misericordiosa; pero pensad que todos somos huéspedes e intrusos del destino.
En este lenguaje sobre el papel las pasiones son efímeras, la palabra no tiene sentido, el ataúd no es necesario, ni la melancolía del sepulturero ni la perversa complacencia ni un jardín crepuscular ni adorno de cipreses. Aquí el mundo muestra su crisálida que desprendió su alas impacientes; pero como en la piedad había un germen de vida, una larva de espíritu; pero no pretendo que contempléis la injusta miseria del gozo de la carne sin ser compensados por las satisfacciones del espíritu; porque somos nativos de la Naturaleza, quizás; primitivos, bárbaros, bestias de la selva, criaturas entre lo angélico y lo demoníaco. Sé que por ser civilizados no podría las leyes y las normas podrán ser la red de una traición o un cartel de prohibición; aunque hubiera querido exponer las verdades crudas en mi alma, aunque fingiese creer que en la inteligencia es del idiota o en la blancura de lo negro; pero he podido comprender que los cumplimientos son vestidos de gala; ved pues, en este trabajo que los no nacidos son los únicos inocentes, y no pensad que la Belleza es una injuria a los deformes, la juventud un insulto involuntario de los viejos, la grandeza una afrenta para los mediocres, la fortuna un ultraje a los desesperados y el genio una provocación a los necios. En estas imágenes, no he pretendido más que ser la leve sombra de lo que ya sabemos aún que somos. 







lunes, 13 de febrero de 2012

Aniquilándome.



Podría ser un desvanecimiento de un sueño interrumpido, una estrella en un candil de aceite, o una luna en una rosa ya marchita; significar la prueba humana en la frialdad de las tumbas. Podría ser la sucesión del Tiempo surgido de la inmensa laguna de la muerte ante el último refugio de la misericordia.
Aquí está lo que soñé en los Santuarios, en los desiertos, en la gruta de los muertos, en los libros de los Profetas, y sin embargo, estos sepulcros de colchones  son la victoria sacrificada de la muerte.
La Sangre refluye ardiente por las venas descolgadas, y el Yo se encuentra así mismo en el último reposo; y pienso que en cada hombre no es más que un Cristo que retorna bajo humanos despojos y falso nombre; quizás yo sea también un fragmento de Cristo, porque en este lecho profundo puedo contemplar a la miseria, persuadirme a mí misma de que lo externo nada cuenta.
En la idea, nada es absoluto, es un espíritu eruptivo de un volcán que se libera de su fuego; aquí puede entenderse la conjunción del cielo y de la tierra. Lo divino y lo humano.
Aquí me he sentido como un Ángel maldito que teme desplegar sus alas, porque no sabe donde posará su vuelo; aquí he pretendido recordar que la felicidad insoportable es un breve descanso.
No trato de fundar ninguna certeza, ninguna revelación, ningún abismo de la esencia divina. Esta afanosa búsqueda es un efecto telaraña que pretende capturar un rayo; todas las definiciones son como los juegos de un equilibrista acumulando en sus pies las tinieblas del misterio.
La representación de la Vida es una persecución de las miserias cotidianas, de los hábitos innobles, de escrúpulos y trabas. El protagonista no es esta sangre como en las tragedias de poetas, sino una transpiración húmeda y hedionda, una mezcolanza repelente de sudor sediento por las lágrimas.
Aquí, la vida no es como la imaginada en los poetas: una pira sobre la montaña negra sacudida por rayos de justicia, sino una oscura cloaca pestilente donde en las aguas grasientas se albergan multitudes de seres viscosos, voraces de plegarias, y con razón avergonzados.
Todo esto que represento, pareciera quizás, un sórdido dialecto, no como el Satanás o el Lucifer de los versificadores visionarios, sino al contrario, es como un pueblo de ínfimos domésticos originarios de condena.
El estupor de lo nuevo- si es que existe-, hará que parezca habitable, incluso, en la felicidad del fango; y como yo debo merecer a tiempo redención de muerte, tuve que crear un universo en que todo pareciera divinidad, que no debilidad perdonable.
También me he preguntado, qué misteriosa crueldad me ha inducido a interrumpir al miserable espectáculo de la vida humana. ¿ Acaso he pretendido como aquel niño que se entretenía contemplando las desgracias de las luciérnagas aprisionadas en un vaso boca abajo?
En estas alternativas de orgullos y derrotas he creído presenciar el retorno de mi ser, y presenciar que he de volver a la luz inextinguible; pero en este desgarro, en este frenesí de fantasías, surge la más terrible pregunta formulada hacia mí misma. ¿Porqué ha creado Dios al mundo, si obrar significa una necesidad, un deseo, una incomodidad? Él era el Espíritu pero y, ¿ porqué ha tenido que crear el Universo, si es espíritu mezclado en la Materia? Es imaginable que hubiera sentido la necesidad de crear lo imperfecto, sentir en lo finito lo infinito, ser la única liturgia ante los humildes gusanos.
Estas imágenes no deberían ser juzgadas, tan sólo manifiestan la esperanza en pasar de un infierno a otro infierno; porque la tentación es un impulso, una transgresión, no es un argumento para demostrar la inmortalidad del alma, es la inspiración por la piedad ante la teoría de los físicos sobre la inmortalidad que componen mi ser en mis partículas.
Para mí, la vida no es concebible sin la envoltura en la materia, sin la conciencia del Yo.
Los unos prometieron alma y cuerpo, los otros una supervivencia en polvareda de átomos, pero sin la memoria del alma. Los primeros se imaginaban consolarse con lo imposible, los segundos me encarnecen con la engañosa imagen de la eternidad; pero yo no puedo soportar la idea de una separación del alma y cuerpo.
Sé que no es posible imperar sobre los elementos, que no es posible cambiar el alma propia ni la ajena, y que no es posible sustraerse de la voracidad de la muerte; pero, pasar de la Nada a la Vida, sólo podría curarse con la Muerte.
El espíritu, pues, está por encima de todo en modo absoluto y prefecto, por encima de los bienes temporales y efímeros de la tierra, de la peregrinación desde la oscuridad del útero y la oscuridad del sepulcro, por eso pretendo que en estas flechas estacionales sean una aureola de Belleza- si es que existe-, acaso pudiera ser una comediante del Dolor con la máscara de los desesperados, o tal vez la razón de ser sarcasmo o falta de sentido.
En estas cinco salas de conocimiento –reconocimiento ó remordimiento-, la muerte me parece una injuria de la vida; negación de la fe y de luz. Sé que yo, nadie soy para vencer la muerte, no soy testimonio de la hija de Jairo ni de Lázaro; sólo soy la obediencia de un sueño de vigilias; tampoco soy el Coro de filósofos; sólo he tratado de llevar el movimiento a la inmovilidad, la frialdad de un concepto, de un verso, de un signo: la Materia a sus átomos, el ser, el Infinito, el Espíritu, la Idea, la Naturaleza, lo Inconsciente…, la Nada.
En este reposo hacia el final, he procurado engañar al esfuerzo de la negación frente a la evidencia, y en tal mundo, ¿qué dices Epicuro, del espectáculo que tienes delante?. Tú, que negaste la inmortalidad del alma, te das cuenta ahora, que hasta el cuerpo es inmortal.
Aquí, la razón es la locura razonante de los frascos alucinadores de conciencia para salir del laberinto hacia verdades elevadas, el dogma y la iluminación de fe. Aquí los teólogos y la soberbia delirante de los metafísicos no pueden ocultar la llamada del terror, la reverencia frente a los misterios divinos del escepticismo.
Yo no quiero vencerme en la soberbia filosófica, en esta visión interior de la arquitectura, no puedo evitar el contacto vulgar de la vida cotidiana, de la vida de los sentidos y las ilusiones del triunfo doloroso de construir lo destruido; aunque pienso que la realidad- si es que existe-, se abandona al fluir de las ideas para descansar como Fausto descendiendo a los profundos abismo de las Madres.
En este trabajo he tenido la necesidad de desahogarme, quizás de redimirme, pues aunque nací de la piedad, no siento aún ni la pereza ni el orgullo.
En estos frascos  he dejado el dulce veneno para seguir muriendo: es fácil representar la muerte ajena…., cuando procuras olvidar la propia…, pero como dijo Nietzsche:
“La muerte, revela todo el hombre así mismo”
No he querido someterme al engaño, al cuerpo perfecto - La Perfección como la Belleza no existe- ,a la lujuria ajena, a dispensar el placer del triunfo y el orgullo, a la avaricia irracional de encerrarme en la sombra, al ávido fuego de un cuchillo encendido, he pretendido que la imagen como el sexo primitivo doblegue a la palabra.
¿ A caso todo tiene su sentido? El Arte - si es que existe- , es la persecución de perseguir lo inalcanzable, sólo copiamos vulgarmente la Naturaleza. La narración del Génesis dice:
“ Dios no expulsó a Adán y a Eva para castigarlos por haber comido los frutos del árbol de la ciencia, sino sólo por el temor de que ellos comieran también los frutos del árbol de la vida que les hubiera hecho inmortales, es decir semejantes a los Dioses.”
Pues bien. Mi arte, no es silueta de los Dioses, sino la carne mortal que prefiere sumergirse en la existencia, un velo de seda sobre los huesos invocando un tiempo sobre el Límite.
He aquí la vida, alargando la mano sobre el árbol imposible, he aquí la salmodia de un anuncio en agonía. He aquí, el derecho a la discordia y la derrota.